Argelia: por el movimiento popular ¡todo es aún posible!

Desde Algrano compartimos este articulo extraído de http://www.Alasbarricadas.org quienes han realizado la traduccion del articulo original de la pagina http://www.alternativelibertaire.org


Argelia: por el movimiento popular ¡todo es aún posible!

Desde Algeria a Béjaïa, la protesta no para. La cuestión del quinto mandato de Bouteflika ya está claramente sobrepasada. El eslogan de «que se largue el sistema» abre la vista a la cuestión social. La idea de una asamblea constituyente es más complicada…

El movimiento popular en curso abre una nueva página de la historia de Argelia, no sólo por motivos de su escala, sino sobre todo porque parece que ha hecho recular a un gobierno cuya arrogancia antidemocrática sólo se puede comparar con su rigor antisocial.

Si los comentaristas dudaron, hace unos días todavía, de la oportunidad de calificar esta secuencia histórica que se da en Argelia de revolucionaria, esta reserva ya ha terminado. No sólo porque la población ha exprimido masivamente su deseo de ruptura con el régimen, sino también por las fracturas que aparecen a la vista en el bloque dirigente. Con la situación abierta por la insurrección popular del 22 de febrero, todo sigue siendo posible a pesar de los temores heredados de la historia reciente del país y la fragmentación de las fuerzas revolucionarias que buscan superar muchos obstáculos.

Vinculando las cuestiones democrática y social

En una sociedad aún rota con la celebración de la lucha independentista, la evocación del 19 de marzo de 1962 (los acuerdos de Évian) se vio disminuida por el poder del movimiento social. Esto no significa que los símbolos de la revolución anticolonial no se hayan movilizado en las calles argelinas. Ni mucho menos. Por tanto, más bien parece que es más importante vivir la revolución de hoy más que conmemorar la de ayer…  Incluso si no se extrajeron todas las lecciones posibles y en cambio muchas ilusiones pesen en la conciencia de las personas que buscan unirse al viejo movimiento nacional.

El 19 de marzo de 2019, el centro de la ciudad de Argelia resonó con los cánticos alegres y deterinados de millares de estudiantes que representan una de las fuerzas más dinámicas actualmente.

Manifestación en apoyo a la revuelta argelina, plaza de la República, París.
Para aquellos que han conocidos en los últimos años el acantonamiento de las protestas estudiantiles en los recientos universitarios -cuando no fue pura y simplemente, represión-, el contraste es sorprendente. Frente a un espectáculo de este tipo que quiere significar que, por ahora, parece haberse pasado página, l@s argelin@s de más edad son más comprensivos con los jóvenes. En su marcha, recitan consignas como «los estudiantes encolerizados rechazamos el sistema», «Argelia libre y democrática», «liberad la universidad, liberad Argelia» o aún «19 de marzo, no estamos de acuerdo con Évian».

Además de la cuestión democrática, a saber, el rechazo a un quinto mandato del presidente Abdelaziz Bouteflika -que está en los orígenes de la protesta-, la cuestión social sigue siendo muy sensible pese a la voluntad de los neoliberales de camuflarla. De esta forma, Moussa, un joven entrevistado por la publicación El Watan (20 de marzo de 2019), declara: «La Argelia de los pistones debe desaparecer. Yo rechazo exiliarme a la búsqueda de un trabajo. Quiero quedarme aquí, con los míos». Esta aspiración es similar a la de una estudiante de biología, Meriem, que afirma: «El empleo en este sectpr es raro. mis colegas cambian de oficio o se exilian para buscarlo. Yo quiero asegurar mi porvenir aquí». Y esta es la forma en la que se articulan las cuestiones sociales y democráticas que determinarán la evolución del proceso revolucionario.

La trampa del diálogo nacional y la transición enmarcada

Pero la jornada del 19 de marzo de 2019 también conoció otras manifestaciones, como la del personal del sector de la sanidad que desfiló por las calles argelinas -y por muchas otras ciudades del país-  al reanudar las consignas ahora populares: «Habéis vendido el país, ladrones», «Una república, no una monarquía», «que se largue el sistema» pero también, como informa el periódico Le temps (20 de marzo 2019): «¡FLN pírate!¡ RFD pírate!», es decir, las siglas de los principales partidos de la administración: Frente de Liberación Nacional y Agrupación Nacional para la Democracia. Conviene de todas formas remarcar que el rechazo a ambas formaciones se acompaña de una más generalizada desconfianza de todos los demás partidos, incluída la oposición.

Manifestación de apoyo en Ohio el 17 de marzo
De hecho, según Le Soir d’Algerie (20 de marzo 2019) los millares de participantes en la marcha popular de Béjaïa han exigido la dimisión del actual presidente y del FLN pero también cantaron «FFS fallido». Esto significa que el frente de fuerzas socialistas, presentado a menudo como el más antiguo partido de la oposición, ya no aparece como una alternativa creíble a ojos de los manifestantes en la Cabilia, donde esta organización ha tenido tradicionalmente una fuerte implantación. El rechazo a los partidos no significa por otro lado la ausencia de ilusión sobre la democracia representativa porque todavía numerosos manifestantes reclaman aún al estado un «buen presidente» o unas «elecciones transparentes».

Los elementos más combativos de esta dinámica en gran parte interclasista se ven reflejados en las proposiciones de Abdenour, un enfermero de Boumerdes que declaró a Temps: « El personal de la sanidad pública está agrupado en torno a sus sindicatos autónomos, que han demostrado su integridad rechazando la invitación de Bédoui [actual Primer Ministro] para debatir la creación de un gobierno de transición rechazado en bloque por la gente».  Estas palabras han resonado en las pancartas que lleva el personal de sanidad reunido en Orán: « No queremos negociaciones ni militancia hasta la caída del régimen».

Pero el rechazo a las solicitudes del gobierno en favor del «diálogo» expresado por los jóvenes y los trabajadores movilizados, responden ya a las «hojas de ruta» propuestas por los activistas de la oposición que están pensando en la gerencia tras Bouteflika. De hecho el colectivo de la sociedad civil argelina por una salida de la crisis pacífica -que agrupa a asociaciones próximas al FFS y a los sindicatos autónomos- ha publicado, el 18 de marzo, una declaración proponiendo la puesta en marcha de un gobierno de transición «compuesto de personalidades de consenso y creíbles para el gobierno del período de transición», la organización de Assises para un consenso nacional para «realizar un compromiso histórico en torno a los principios fundamentales inalienables» y la elección de una Asamblea Constituyente para regresar a la «legalidad constitucional».

Romper con los esquemas autoritarios

Uno de los principales problemas del período actual consiste precisamente en destacarse de estas iniciativas tenócratas en relación a las consignas de huelga general así como de las llamadas a la auto-organización de tod@s los explotados a través de la creación de comités populares. Estas perspectivas coexisten, especialmente en el Partido de los Trabajadores (PT) -asociado al POI francés (trotskista-lambertista)- o en el Partido Socialista de los Trabajadores (PST) -asociado al Nuevo Partido Anticapitalista-, con la voluntad de elegir una Asamblea Constituyente.  Excepto que, según el PT, «los hombres de negocios quebrantados por la oligarquía tendrán su lugar» en este dispositivo, mientras que para la PST, esta asamblea sería «representativa de las aspiraciones democráticas y sociales de los trabajadores y masas populares»

Este es un gran matiz. por tanto, los libertarios se encontrarán sobre todo en los argumentos formulados por Errico Malatesta, que, en «El renacimiento comunista-anarquista» del 8 de noviembre de 1924 invita a «discutir» al Constituyente para que se aleje de esta modalidad, a fin de «reclamar para nosotros y todos los que están de acuerdo con nosotros la libertad de organizarnos como entendemos que debiera ser, y los medios para hacerlo». Malatesta agregó que «para la necesaria coordinación del trabajo de los grupos, comunas, regiones, de la nación, debemos oponernos a la Constituyente o a cualquier otro cuerpo legislativo, congresos, convenciones locales, regionales, nacionales, abiertas a todo el mundo para informar, asesorar y tomar iniciativas -sin pretender hacer la ley y obligar a otros a forzar sus deliberaciones».

 

Esta «hoja de ruta» parece inconcebible para los dirigentes o militantes de la oposición de izquierda argelina, influenciados por los esquemas autoritarios, cuando no tienen, dentro de sus propias organizaciones, reproducidad prácticas antidemocráticas del régimen que pretenden combatir. Es por esto que, sin subestimar la capacidad del aparato burocrático molesto, a menudo atrofiado, es necesario observar la espontaneidad de jóvenes y trabajadores que, a pesar de las contradicciones que no pueden ocultar (unanimidad, patriotismo, estatismo), buscan una vía de satisfacer sus aspiraciones a la dignidad, igualdad y libertad.

En esta coyuntura, todas las cuestiones han de ser debatidas sin ceder a la autocensura, y todas las opresiones combatidas con la más grande determinación para participar de la necesaria aclaración de las cuestiones.

Nedjib Sidi Moussa, Alger, le 21 mars 2019

 

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