Informe 1988-2018: 30 años de muertes en el Estrecho

El 1 de noviembre, se conmemoró la triste fecha de la primera muerte documentada de una persona migrante en el Estrecho. Después de tres décadas, la tragedia continúa y, según los últimos datos de la OIM, en lo que llevamos de año 1.852 personas han fallecido en el Mediterráneo, de las cuales 433 lo han hecho cuando intentaban llegar a las costas españolas.

Han sido 30 años de construcción de un modelo de frontera en el Mediterráneo que rechazamos, denúnciandolo como agresión estructural a los Derechos Humanos y a la propia vida de miles de personas cada año. 30 años de muertes en el Mediterráneo Occidental sin modificar las políticas internacionales que las causan. En una Europa fiel a los valores democráticos y los Derechos Humanos sus gobiernos tienen que asumir como prioritaria la lucha contra las muertes en el Mediterráneo abordando con premura una gestión humanitaria de la Frontera Sur y atendiendo de forma digna a todas las personas que llegan a su territorio.

Con motivo de esta conmemoración, Andalucía Acoge, junto a la Fundación Por Causa, ha elaborado el Informe 1988-2018. Recorrido migratorio: 30 años de muertes en el Estrecho donde se recogen los hitos más destacados de estos 30 años de migraciones. Este informe se ha presentado en un acto público el día 5 de noviembre en Madrid con la colaboración de cuatro personas que han sobrevivido a la ruta del Mediterráneo Occidental. Un acto de denuncia y reflexión sobre lo que significa el modelo de Frontera Sur que paso a paso se va construyendo sobre la vida y las opciones de futuro de millones de personas.

Para ver el Informe 1988-2018: 30 años de muertes en el Estrecho

 

Adjuntamos tambien un articulo de José Villahoz, Presidente de Algeciras Acoge

 

Los difuntos olvidados del Mediterráneo

El día 2 de noviembre de 1988, con la publicación de una fotografía en blanco y negro en un periódico local, se estrenaba la ya larga historia de noticias sobre muerte de personas migrantes en su intento de llegada a España. En esa foto, tomada en la playa de Los Lances en Tarifa, aparecía el cuerpo tendido en la arena de un joven con rasgos magrebíes. Era el primer cadáver que se había encontrado en la costa española como consecuencia del naufragio de una embarcación. Ese día, mientras aquí recordábamos a nuestros amigos y familiares fallecidos, al otro lado del Mediterráneo ni siquiera tenían noticias de esta muerte.

Hoy, treinta años después, debemos preguntarnos ¿Qué ha sucedido a lo largo de todos estos años? ¿Han seguido produciéndose muertes de personas migrantes en este Mar Mediterráneo al tratar de llegar a la Europa soñada?

Desgraciadamente sabemos la respuesta: se habla de cientos, de miles de personas que han perdido la vida en esos viajes tan peligrosos desde las costas de África a las costas europeas en estos últimos treinta años. Aunque se desconozca la cifra exacta de personas fallecidas, la existencia de un solo cadáver constituye ya un precio demasiado caro.

¿Qué está sucediendo en los últimos años? La OIM (Organización Internacional para las Migraciones) nos informa periódicamente del número de llegadas por vía marítima y del número de muertes. En este sentido parecería que en términos absolutos las muertes en el Mediterráneo vienen disminuyendo (en 2016: 5.143, en 2017: 3.117, en 2018 –a 26 octubre–: 1.969); sin embargo, el cálculo proporcional al número de llegadas nos proporciona los siguientes resultados: 2016 (muertes 1,40%), 2017 (1,70%) y 2018 (2,01%).

En conclusión, la proporción de muertes en el Mediterráneo por naufragio de embarcaciones en relación al número de llegadas a Europa, va en progresivo aumento en los últimos tres años, según la OIM.

Aunque se nos diga que la culpa de estas llegadas a Europa la tienen las “mafias”, sabemos que los grandes responsables de estas muertes están en la Unión Europea: políticas comerciales que ahogan al continente africano, políticas migratorias basadas exclusivamente en el control y en la externalización de las fronteras y la reducción cada vez más importante de la ayuda al desarrollo hacen que, aunque la llegada por medio de embarcaciones viene reduciéndose, las muertes vienen proporcionalmente aumentando.

A este lado del Mediterráneo seguiremos preparando nuestras muertes con los correspondientes pagos a las compañías aseguradoras. Al otro lado del Mediterráneo empiezan a preparar sus muertes tatuándose sus nombres en sus cuerpos –brazos sobre todo- para poder ser identificados en caso de fallecimiento en su huida hacia Europa.

José Villahoz

Presidente de Algeciras Acoge

 
Articulo publicado y extraido de EuropaSur

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